Transición escolar ¿Alguna vez subiste a tu auto y condujiste sin saber exactamente a dónde te dirigías?
Esta sensación se hace presente en distintos momentos del desarrollo de nuestros hijos y las transiciones escolares suelen ser parte de los nuevos retos que deben afrontar para adaptarse a nuevas rutinas, exigencias y etapas de vida.
Las transiciones escolares en el desarrollo y más en los adolescentes pueden ser tanto emocionantes como desafiantes. Al entender mejor sus necesidades emocionales y sociales, podemos ofrecer el apoyo adecuado y cultivar relaciones familiares más fuertes y positivas.
Para que la transición sea exitosa, es fundamental que los padres y el personal del colegio trabajen en conjunto. Es recomendable establecer una comunicación abierta y continua entre padres y educadores para compartir información relevante sobre el alumno, como sus intereses, necesidades y rutinas, tanto en el aula como en casa. Es importante fomentar la independencia y habilidades de autocuidado y responsabilidad.
Para facilitar este proceso de adaptación se recomienda a los padres, madres y tutores:
- Facilitar momentos de diálogo para que los hijos expresen cómo se sienten.
- Ayudar a comprender el cambio que se aproxima.
- Validar las preocupaciones y sentimientos del estudiante ante el cambio.
- Tener claridad en el reglamento escolar, sobre el personal docente y de apoyo institucional.
- Mantenerse al tanto de sus amistades
- Conocer a las personas clave con las que se relacionará el estudiante y guiarlo en el proceso.
Recuerda: Estar atento a los cambios
Es conveniente estar atentos a posibles cambios en su estado de ánimo y conducta, hábitos de alimentación y sueño. Cambios radicales, excesivo nerviosismo, cambios bruscos en las costumbres, pueden ser una señal de alerta. En estos casos es mejor no dejar pasar mucho tiempo, abordar el tema primero con nuestros hijos, si no fuera efectivo, informarnos a través de los profesores y si hubiera problemas, no dudes en pedir orientación a un especialista.
En definitiva, las transiciones educativas son obligatorias para todo el alumnado, pero esos cambios que se han expuesto y que se vivencian en el paso entre etapas no tienen por qué ser traumáticos, afectar a la autoestima o fomentar la exclusión. Pues bien, una vez identificados los retos que suponen la transición, es posible desarrollar una estrategia de actuación que facilite el cambio y minimice el impacto para toda la familia.